El Mirador es uno de los 82 barrios pertenecientes al Municipio de Bello y forma parte de la Comuna 7. Limita al Norte con el Cerro El Quitasol, al Sur con el barrio La Selva, al Este con Niquia y al Oeste con Hato Nuevo y Pachelly. El número de sus habitantes sobrepasan a los 2000, quienes se ubican en un estrato socio-económico 1, 2 y 3. Es un barrio dividido en cinco etapas con casas bifamiliares.
El Mirador fue construido entre 1985 y 1987 con fines de Interés Social. En sus principios no contaba con servicio de transporte y teléfono en la vivienda, por lo cual, los primeros habitantes debían acceder a ellos desplazándose desde sus viviendas a otras manzanas e incluso etapas.
Fue con el tiempo que, a medida que se construyeron cada una de las etapas, la empresa de Servicios de Transporte Hato Viejo presto este servicio que llegaba ya a la quinta etapa.
Con respecto al servicio de teléfono, se accedía a éste de forma gratuita en los teléfonos públicos de EPM. Aun en la actualidad se conservan algunos de éstos pero cada llamada tiene el valor de 100$ pesos por minuto.
Hasta hace 15 años aproximadamente fue El Mirador un barrio separado de los otros por dos quebradas que tienen su nacimiento en el Cerro el Quitasol y se unen a la quebrada La García; pero fue con la construcción de la Urbanización Hato Nuevo y el medio de Transporte Masivo Metro, que se une en la actualidad a través de tres puentes con Niquia y con Hato Nuevo, para así abrir paso al articulado del Metro con el Servicio de Bellanita de Trasportes S.A. También, es esta empresa la que presta actualmente el servicio de buses que tienen las siguientes rutas: Mirador-Carabobo y Mirador-Pies Descalzos, y Viceversa.
En los primeros años de su existencia, El Mirador contaba con una pileta encerrada para que sus habitantes disfrutaran de ella como medio de esparcimiento, pero debido al descuido de la misma, fue cerrada y construido sobre ella un centro de Salud en atiende a los afiliados al Sisben.
La parroquia San Buenaventura ha pasado desde su existencia por varias transformaciones. En un principio fue una capilla enmallada y con tejas de eternit; luego con la unión económica de toda la comunidad (limosnas, rifas que hacia la iglesia) se logró construir en adobe y cemento, en un territorio contiguo a la antigua capilla, una nueva, la cual conto además con la creación de un salón social, una oficina para el Despacho Parroquial y la Casa Cural. Aun así, la Comunidad Eclesiástica y la comunidad en general siguieron buscado mejoras, con lo cual lograron construir en la terraza de la segunda parroquia una más grande, con acabados de obra blanca y con un mirador que permite divisar gran parte de Bello e incluso de Medellín, haciendo honor así al nombre del barrio. Las antiguas capillas son ahora la Casa Cural y un salón de recepción que permite obtener dinero para los gastos eclesiásticos.
El Mirador cuenta con espacios para el deporte con tres canchas ubicadas cada una en la Primera, Segunda y Quinta Etapa, dotadas para practicar Balón Cesto y Balón Pie. También posee un terreno llamado El Tierrero, el cual, no está pavimentado pero es usado por los habitantes del barrio para jugar torneos de Balón Pie con jóvenes de otros barrios o grupos del mismo.
El Cerro el Quitasol es uno de los sitios preferidos para el esparcimiento en tanto que se usa para subir a elevar cometas, hacer caminatas, fogatas, asados y nadar en los Charcos de los distintos planos del cerro.
La Institución Educativa Antonio Nariño es donde gran parte de los niños, niñas y adolescentes del Barrio El Mirador se educan. (Ésta ha tenido su propia historia, pero será expuesta en otro apartado de éste blog por ser la comunidad con la que se va a realizar el proyecto).
SOBRE SUS HABITANTES
Los habitantes del barrio El Mirador son en general personas amables, respetuosas y colaboradoras con sus vecinos, pero aun así, no falta quien tenga problemas con sus vecinos e ignore la privacidad y el respeto por el espacio del otro.
En los inicios del barrio las familias jóvenes se hacían parte integrante de las otras familias como amigos y compañeros de esparcimiento, pero a medida que se mudaron de casa y se volvieron más adultos, fue más difícil conseguir que éstas compartieran de nuevo espacios, fiestas y charlas. Aun así, si saludas, te saludan.
Todos los niños y niñas forman sus grupos de juego y amistad, lazos difíciles o en ocasiones fáciles de romper por los cambios de ideologías y gustos personales.
Los jóvenes también conforman sus “combos”, algunos buenos, algunos malos, unos para disfrutar, otros para delinquir.
En los primeros años de vida del barrio El Mirador existieron bandas criminales que interrumpían la tranquilidad de sus habitantes gracias a los enfrentamientos e incluso masacres de familias y grupos enteros. Se disputaban el poder de territorio para la venta de droga entre los barrios aledaños a éste, o sencillamente para robar. Actualmente todavía existen bandas en los barrios, entre ellos El Mirador, pero luego de unas disputas hicieron un pacto de paz entre “hermanos” de Municipio. Por lo mismo es escaso oír que hubo un asesinato, robo o enfrentamiento entre bandas en el barrio. Es fácil decir que se vive en un ambiente de paz, aunque esto no significa que no existan bandas.
La drogadicción si es constante desde los adolescentes de 12 y 13 años hasta los adultos entre los 30 y 40. Es común que pasen hombres sin ningún tipo de vergüenza fumando marihuana, y muy rara la vez se ve a una mujer.
En el último año han aparecido varias bandas de adolescentes en el barrio El Mirador que se citan para enfrentarse a golpes y ya han resultado hasta adolescentes lastimados porque se están sacando navajas; e incluso hubo quien llevo un arma. También a las mujeres adolescentes las están golpeando los jóvenes.
En los últimos tres años aproximadamente, el alza de adolescentes que inician sus noviazgos a temprana edad (10, 11, 12 y 13 años) ha sido notorio. También, en este lapso de tiempo son varias las alumnas entre los 14 y 15 años de la Institución Educativa Antonio Nariño que han quedado embarazadas, siete para ser más exacto. Pero los jóvenes no se quedan atrás, porque son ya cuatro estudiantes entre los 15 y 17 años que son padres.
Nota: La historia del barrio es real, basada en una Monografía de Bello y los relatos de los padres compilados por una de las creadoras del proyecto, por pertenecer toda su vida a esta comunidad.
Lo único ficticio es la Institución Educativa Antonio Nariño y la descripción de los habitantes.
Referencia: Monografía de Bello. S.F. Editado por la Secretaria del Municipio de Bello. 185 p.
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